nunca hay que preguntar,
nunca hay que creer,
todo está oculto.
ANTONIO TABUCCHI
“Los últimos tres días de Fernando Pessoa”
Llegas
con el asombro de descubrir enigmas,
el susto aplastante de una aldea
y la plata de su gallo,
el sueño enajenado por castillos de prodigio,
mistéricos jardines,
cenobios manuelinos.
Allá queda el poeta, sentado en la vereda,
con un baúl lleno de gente,
y los secretos de su monolito.
Quedan calles angostas y su magia de tranvías,
las resonancias del fado,
cicatrices de atroces terremotos
y elevadores con ensamble de acertijos.
Lina Caffarello
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