11.9.11

A contraluz


Mientras la luz arrastre el polvo de los gritos,
vidrios, números, un río,
monedas...
Mientras alguien azuce a los amos del santuario
y ojos inocentes estrechen manos muertas,
buscaremos el fuego consagrado
que aleje a las máscaras tribales,
al gato entre la hierba.

Con los costados cosidos
y una estaca horadando las palabras,
como espectros al borde de lo humano,
recelosos del llamado de la flauta,
ulularemos sin voz
hasta que los dioses se aburran del espanto.



Lina Caffarello 
De la antología “Aduanas de Aire”, Ediciones Santiago, Cuba. 

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